Los ceos no hablan de la crisis, sus empresas sí

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En un comportamiento individual inversamente proporcional a la gravedad de la recesión, los empresarios argentinos decidieron mantenerse en silencio mientras la actividad se desploma a niveles récord. Sin embargo, lo que los ceos no dicen -o por simpatía política con el Gobierno de Javier Milei o porque, directamente, bancan el ajuste- lo expresa la propia crisis. La foto de sus empresas, con cierres, suspensiones, caída en las ventas e inicio de un proceso de despidos, habla por ellos. Y no hay sector que se salve de una recesión que, en su inicio, ya es vertiginosa.

Hace unas horas, circuló en varios chats de Whatsapp de la Unión Industrial (UIA) la noticia de que Acindar, la siderúrgica más grande del mundo, propiedad de la multinacional Arcelor Mittal, parará por 30 días la actividad en todas sus plantas. Según contaron fuentes cercanas a la empresa a Página I12, hay una caída en las ventas que ascienden al 40 por ciento y, sumadas al escenario general, obliga a tomar esa decisión. La firma tiene plantas en San Nicolás, San Luis, Rosario, Villa Constitución y Buenos Aires.

Otro caso, la carrocera brasileña Marco Polo suspendió por un mes, que podría extenderse a dos, a sus 500 trabajadores en la planta de Villa Gobernador Galvez. Por ese plazo, los trabajadores cobraron su sueldo al 80 por ciento. Lo mismo ocurre en buena parte de las autopartistas. Entre los gigantes que también son industriales, Arcor empezó a notar una baja considerable en la venta de alimentos por unidades, y esperan un escenario similar al del 2001 o a los años de Macri. Todo a pesar de que Jaime Campos, titular de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), donde mandan la firma cordobesa y Techint, se reunió con el Fondo Monetario y fue elogioso respecto al modelo de Milei.

En la UIA, además del desplome de los grandes, las pymes están en una situación desesperante. Un rato después del Whatsapp sobre el cierre en Acindar, en la reunión de Comité Ejecutivo, hubo penas compartidas por la velocidad y poder predatorio de la crisis. La capacidad instalada de las fábricas, es decir, el porcentaje de maquinarias que tienen efectivamente produciendo, está hoy en 55 por ciento, 9 puntos por debajo de diciembre del 2022. Otro dato muy fuerte: por primera vez, la producción de alimentos está cayendo, que es un rubro que aún en los peores momentos crece, pero poco, casi en línea con el crecimiento poblacional. Un impacto más duro que la pandemia. Leandro Mora Alfonsín, economista experto en desarrollo productivo, dijo a este diario que “se ve muy golpeado todo lo que es semi durables, muebles, colchones, pintura. La gente se guardó la plata en medio de la incertidumbre. A partir de marzo, ese impacto va a verse en consumo masivo”.

En este contexto, los industriales más picantes se animaron, en este escenario, a preguntarse por qué el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, no sale a mostrar la realidad fabril y por qué viajó con el presidente a Roma. Es que ese viaje fue, en realidad, un paseo irrelevante: en todo el periplo, y aunque el Grupo de los Seis (UIA, Construcción, Comercio, Sociedad Rural y los bancos) y la canciller Diana Mondino intentaron que los empresarios se reunan con Milei, no lo vieron cara a cara en ninguna parte de la visita al Vaticano.

Los ladrilleros, en un callejón sin salida

De ese periplo participó, también, el titular de CAMARCO, Gustavo Weiss, que intentó ver si podía hacer recapacitar al presidente sobre el parate de la obra pública. El sector de los ladrillos es una calamidad. En las últimas horas, se reunió el Consejo Ejecutivo de la entidad, planteando el siguiente escenario: sin un peso de Nación para obras, cayó a cero la obra pública y, por la recesió, la obra privada retrocede 30 puntos por menor capacidad de los inversores. Hay una cifra que, además, impacta en particular.

El Gobierno de Milei les adeuda 350 mil millones de pesos a las constructoras por obras paradas que el Estado decidió dejar de pagar. Es decir, no sólo no les permite seguir con obras nuevas, sino que tampoco paga las que estaban en marcha. ¿El resultado? desde que asumieron los libertarios, hubo 100 mil trabajadores afectados, entre despidos y suspensiones, y hasta el gremio de la UOCRA se declaró en estado de alerta y movilización. La construcción explica, además, porque es falsa la lectura del gobierno de que se viene, tras el ajuste, una recuperación en V y que eso ocurrirá en pocos meses: históricamente, cuando la construcción cae, la economía en general empieza recién a desplomarse; y cuando la construcción empieza a crecer, la economía general crece. De lo primero hay evidencia, lo segundo ni está en el radar.

“Estamos viendo el abismo”

Un supermercadista grande describió ante este diario el impacto de la crisis en el consumo: “Estamos viendo el abismo”, sintetizó. En enero, el consumo en supermercados venía derrumbándose a razón de un 8 por ciento. Los datos febrero dan miedo: un trabajo especial para el sector muestra que en las semanas que van del 5 al 18 del mes, el derrumbe en grandes superficies promedió un 13,4 por ciento, con más de 14 puntos der caída en la última semana del mes. Hoy, se redujeron hasta un 20 por ciento las unidades por ticket vendido, algo que no ocurre desde el 2001.

Hace unos días, Alfredo González, presidente de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME), comunicó una caída del 30 por ciento en la producción industrial pyme. González fue uno de los que, sin éxito, viajó al Vaticano a tratar de hablar con Milei. El domingo próximo, la entidad dará a conocer el número de caída en las ventas comerciales, que se había desplomado 28 puntos en enero. Según supo este diario, superará ese márgen. “Se vienen tiempo mucho más duros”, sintetizan de CAME.