En el transcurso de la mañana de este lunes se realizó la marcha Ni una Menos en Corrientes, en reclamo por Justicia para los femicidios ocurridos en la provincia y en Chaco.
A 9 años de la primera marcha que dio inicio a un movimiento que se extendió por todo Latinoamérica.
“Estamos movilizándonos en un nuevo 3 de junio llevando estadísticas de femicidios, 2348 femicidios en todo lo que va del 2015 a la fecha”, destacó a El Litoral, Monica Baglieto de Mumala
Además, dijo que “es alarmante la situación en que nos encontramos las mujeres y disidencias de nuestro país”.
Por su parte, Aymará de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) comentó que “en el 2015 se salió por primera vez, hoy estamos repudiando todos los derechos que nos quiere sacar este Gobierno Nacional y provincial y por el femicidio ocurrido en Monte Caseros”.
“Estamos diciendo que las ollas no sigan vacías y que podamos tener presupuesto para las mujeres, fueron derechos que fuimos ganando y hoy en día están vulnerados”, concluyó Aymará.
Movimiento Ni Una Menos
Ni una menos nació ante el hartazgo por la violencia machista, que tiene su punto más cruel en el femicidio. Se nombró así, sencillamente, diciendo basta de un modo que a todas y todos conmovió: “ni una menos” es la manera de sentenciar que es inaceptable seguir contando mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres o cuerpos disidentes y para señalar cuál es el objeto de esa violencia.
Esa consigna desbordó las interpelaciones previas del feminismo, desde donde la violencia machista se viene denunciando hace décadas, pero al mismo tiempo, desde la primera marcha del 3 de junio de 2015, la calle y el documento demostraron que la fuerza que se movilizaba era un impulso feminista, se reconociera o no albergado en esa palabra, en su pluralidad de tonos y voces.
Al calor de esas voces se consolida el Colectivo Ni Una Menos, con sus muchas expresiones regionales, como parte de un movimiento histórico, que tuvo y tiene hitos organizativos fundamentales en las tres décadas de Encuentros Nacionales de Mujeres y en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, seguro y gratuito. Y que también se reconoce en las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en las mujeres revolucionarias que fueron sus hijas, en los movimientos LGBTIQ, en las que se organizaron en sindicatos y en las piqueteras, en las mujeres migrantes, indígenas y afrodescendientes y en la larga historia de luchas por la ampliación de derechos.
“Desde 2015, cada 3 de junio, damos un poderoso y feroz grito. Cientos de miles de personas nos encontramos en la calle para ser la voz de quienes ya no la tienen, víctimas de la violencia femicida. Ponemos cuerpo, palabra, banderas y carteles para decir que la violencia machista mata y no sólo cuando el corazón deja de latir. Porque la violencia machista también mata, lentamente, cuando coarta libertades, participación política y social, la chance de inventar otros mundos, otras comunidades, otros vínculos”, puntualizan en la web de la organización.