En Capital Humano renuncian todos menos Pettovello

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Al final de un agitado domingo de dimes y diretes, la vocera de Sandra Pettovello le puso fin a las especulaciones: “No es cierto” que la ministra haya presentado su renuncia, aseguró. Y es que durante todo el día eso fue lo que parecía. El presidente Javier Milei, apenas aterrizado desde El Salvador, salió a reivindicar a Pettovello con los tapones de punta, calificando de “corruptos”“amorales, hipócritas, chorros y mentirosos” a quienes la denunciaron por retener retenidos los alimentos destinados a los comedores comunitarios. Luego todos los ministros (no faltó ni uno solo) publicaron en las redes mensajes como “Fuerza Sandra” o “Pettovello es genial” o “El país necesita muchas más Sandras, pero Sandra hay una sola”. La intriga sobre lo que estaba ocurriendo se alargó cuando, después de la feroz bajada de línea que recibió el gabinete, el asesor estrella del presidente, Federico Sturzenegger, contó que Milei le había pedido “un plan alternativo” para ayudarla con el tema de las compras de alimentos. En paralelo, como si fuera poco, este fin de semana terminaron de irse dos funcionarias de la estructura de Capital Humano que respondían al exsecretario de Niñez y Familia, Pablo De la Torre, quien salió eyectado como primer fusible del escándalo de los galpones.

Mientras el ministerio de Pettovello ardía, el presidente no paraba de retuitear apoyos a la funcionaria. Durante la tarde, incluso, dio una entrevista en la que, en su estilo desbordado, dijo que la oposición tenía la culpa de los cuestionamientos y que no descartaba “que ese conjunto de delincuentes kirchneristas le quisiera tirar un muerto” a su amiga personal. La encargada de desmentir la renuncia fue su vocera, Romina Palermo. “No es cierto” que haya presentado la renuncia, sostuvo la portavoz.

Renuncias y desgobierno

Esta semana será movida para Pettovello no sólo por los cuestionamientos que le llegan desde la justicia. La funcionaria deberá también resolver una crisis interna en el área social de su megaministerio. Y es que luego de echar a Pablo de la Torre, ex secretario de Niñez y Adolescencia, usándolo como chivo expiatorio por la retención de la comida (y por los sobresueldos y ñoquis contratados mediante convenios con la Organización de Estados Iberoamericanos), le renunciaron otras dos funcionarias de esa Secretaría. Los técnicos del equipo de De la Torre se fueron sin aceptar hacer la transición con su reemplazante, indignados porque la ministra lo denunció por los sobresueldos ante la Oficina Anticorrupción pese a que ella misma le había puesto la firma a los convenios de la OIE.

Se trata de Ana Marmora, quien estaba a cargo de la subsecretaría de políticas familiares (ex senaf), una funcionaria del riñón de De la Torre, pro vida y oriunda de San Miguel, como su exjefe; y de Lucia Raskosvkya, hasta esta semana al frente de la Subsecretaría de Políticas Territoriales y exsecretaria de infancia y familia de San Miguel. Lo insólito es que los que se fueron nunca llegaron a ser designados, otro punto que ilustra cómo viene siendo la gestión.

Ambas se sumaron a Héctor Calvente, ex Subsecretario de políticas sociales y Esteban Bosch, ex director de “emergencia”. Los dos estaban a cargo de los despósitos donde está la comida retenida y fueron despedidos por la ministra como chivo expiatorio en medio del escándalo. Antes ya se habían ido pegando un portazo Maximiliano Keczeli, Marcelo Hita, Pablo Rodrigué y Rodrigo Aybar, entre otros funcionarios con cargos sensibles en áreas sociales.

Por si fuera poco, en las últimas horas se filtró una planilla de Excel con los nombres de la dotación de funcionarios con sobresueldos que que fueron contratados a través de los convenios con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), lo que le suma más conflictos a un ministerio en llamas.

Las organizaciones gremiales también salieron a jugar fuerte. A través de una carta abierta a la ministra, la comisión interna de ATE Capital sostuvo que “hoy, la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (ex Ministerio de Desarrollo Social) no sólo está acéfala, sino que es objeto del desgobierno organizado por la propia gestión”. “Renuncias, falta de nombramientos y cambios constantes, dejan en evidencia la decisión manifiesta de carecer de institucionalidad”, denunciaron y, de paso, recordaron la situación de los CDR, que Pettovello mandó a cerrar en marzo: “implica que las personas de todo el país que no puedan acercarse a la Capital Federal, no tienen forma de asesorarse sobre las políticas sociales nacionales o solicitar intervención de los dispositivos del estado nacional”, dijeron.

También denunciaron las situaciones de “violencia” que sufren los trabajadores: “Despidos masivos, persecución, militarización de los organismos y estigmatización del trabajador estatal, se suman a la amenaza de continuar despidiendo y de eliminar nuestra estabilidad laboral mediante la ley Bases”, agregaron.

Este es el aguante

“¡Vamos Sandra, es el camino! Los únicos vencidos son los gerentes de la pobreza”, alentó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en las redes. Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia, escribió que “la ministra Pettovello es genial” y Luis Petri (Defensa) agregó que “está dando la madre de todas las batallas, yendo contra la matriz de corrupción”. Otras del gabinete: “Fuerza Sandra, que estamos en el camino correcto!” (la canciller Diana Mondino) y “El país necesita muchas más Sandras, el problema es que hay solo una” (del ministro de Economía, Luis Caputo).

Milei reposteó sus mensajes y los reforzó con una entrevista en la que aseguró “No voy a entregar a Pettovello”. El presidente contó además que utilizó parte de la tarde en una reunión con Sturzenegger y la ministra. A algún distraído le podrá parecer disparatada esta deriva del conflicto por los alimentos por la que Sturzenegger, responsable del megacanje que antecedió al estallido del 2001, presidente del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri, autor de la Ley Bases esta gestión, termina diseñando un mecanismo financiero para suplantar la red de asistencia alimentaria construido en los últimos veinte años. No debería sorprender, ya que Sturzenegger fue quien definió la estrategia que dio origen al aprieto en el que se encuentra Pettovello.

La apuesta consiste en “empobrecer” a las organizaciones sociales, “drenar sus recursos” para -siempre según el razonamiento del economista- garantizar que los cambios estructurales se puedan consolidar sin oposición. Milei había asegurado, antes de asumir, que por el brutal ajuste que se disponía a hacer, mantendría abierta la billetera de Capital Humano para asistir a los caídos. Ahora se plantea que las reformas para poner al mercado por encima de todo (reformas expresadas en la Ley Bases) no podrán concretarse mientras exista el ejercicio de la organización social. La ley será tratada esta semana por el Senado. Ese día, el peronismo, la izquierda, los sindicatos y los movimientos sociales se movilizarán a la plaza del Congreso para pedirle a los legisladores que no aprueben el proyecto.