El monotributo social se salva de la motosierra, festejan unos. Por ahora, acotan otros. Es que el Gobierno pretendía dar por tierra con el régimen que permite que hoy más de 620.00 trabajadores y trabajadoras, más casi la misma cantidad de adherentes, del sector más vulnerable de la población, queden a salvo de la informalidad absoluta, accediendo a una obra social e ingresando al sistema jubilatorio. En Diputados se había logrado visibilizar el tema, entre la maraña de retrocesos que empujaba de la ley Bases, y ganar una ventana de 90 días para obtener una propuesta superadora. En Senadores, se introdujeron una serie de modificaciones que trastocaron la idea “social” de esta categoría, elevando su costo en un 670 por ciento. Finalmente, el miércoles se votó en contra de esta modificación, y por lo tanto de la eliminación en los hechos del monotributo social. Quienes militaron activamente esta “puesta a salvo” de la motosierra libertaria advierten que podría quedar un gris y aún corren riesgo en Diputados “los más pobres de toda pobreza”.
Feriantes, vendedores ambulantes. Pequeños emprendedores de costura o de cocina. La señora que hace tortas fritas y las vende con el carrito en la calle, la que vende sus artesanías como puede, el artista callejero, los que hacen “changas” en general. De esa población está hecha esta categoría por la que pagaban 3.228 pesos mensuales. Con el aumento de las modificaciones votadas en el monotributo ahora pagarán 9.900, pero con el dictamen que se iba a aprobar en Senadores, pasaban a pagar 23.600, más 13.800 por adherente. Un aumento del 670 por ciento.
Y más: El monotributo social hoy es compatible con otros programas como la Asignación Universal por Hijo, la Asignación por Embarazo, con jubilaciones y pensiones mínimas o por discapacidad y programas de inclusión social. El texto del artículo 100 tampoco aclaraba que se mantenía esta posibilidad.
“Es lo que hoy se gasta en la carnicería para una comida”, defendió el nuevo texto el radical chaqueño Víctor Zimmermann. “Es que nosotros ya no comemos carne, señor senador. Cenamos mate”, le respondió una de las mujeres que fue a intentar sensibilizar al Congreso, junto a su hijo discapacitado. “Pero puede pagar con la pensión por discapacidad de su hijo”, insistió el mismo legislador en una conversación telefónica posterior.
Zimmerman fue uno de los 30 senadores que votó en contra de excluir de la ley el artículo que eliminaba, en los hechos, el concepto social de este monotributo, para esta población desamparada. Pero tras un arduo trabajo hormiga previo hubo otros 40 votos a favor. Y 2 abstenciones, de Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri. Y así el monotributo social se salvó, por ahora.
Fue tras un acuerdo interbloques para votar por separado la eliminación del artículo 100 del título 6, referente a monotributo, cuyo tratamiento llegó pasadas las 7 de la mañana del jueves, a casi 24 horas de iniciada la sesión. Como se votó el rechazo por la positiva, hasta ayer había mucha confusión al respecto, y hasta llegó a publicarse información errónea sobre una supuesta eliminación de la categoría.
Al no alcanzar los dos tercios de los votos (hubiera necesitado 48 tildes verdes) -y con casa Rosada avisando a voz en cuello al día siguiente que ningún acuerdo queda en pie para Diputados-, ahora se abre, también en este tema, cierta ventana de riesgo en la Cámara Baja: Allí podrían, por ejemplo, votar volver al proyecto original (y conseguir dos tercios de los votos). “En el caso del monotributo social, lo mejor que nos puede suceder es que se vote el dictamen que salió de Senadores“, confiaban desde Unión por la Patria.
“Ahora hay dos caminos. Si Diputados acepta la modificación, no se derogaría el beneficio del monotributo social, pero quedaría un gris“, advierte Noelia Villafañe, titular de Monotributistas Asociados República Argentina (MARA) y quien puso literalmente el cuerpo para militar la defensa del monotributo social –desde su contundente exposición en Comisiones, hasta lograr plantada con un megáfono en la puerta del Congreso arrancarle una reunión a Guillermo Francos, pasando por la explicación del tema y trabajosa reunión de voluntades de legisladores de todos los bloques–.
En su opinión, el logro sería votar en Diputados una modificación que marque expresamente que el monotributo social permanece, o bien insistir en el texto original para que en 90 días se reconfigure la figura del monotributo social, tal como se había logrado en la modificación sobre tablas de Diputados. “De lo contrario, el sector más vulnerable de la población va a ser condenado a la exclusión eterna. Y si no empatizan con este impacto social, tienen que pensar que lo que se ahorran eliminando la figura del monotributo social es ínfimo comparado al gasto público que van a tener cuando estas personas vayan al sistema de salud pública. Lo que hoy cubre la obra social y el fondo solidario de redistribución, que sale de los privados, es un gasto a sumar en el Excel”, explicó Villafañe cuando expuso en Senadores.
“La lucha continúa e invitamos a todos los monotributistas sociales a sumarse a los grupos de WhatsApp”, dicen desde Monotributistas Asociados. Por lo pronto, y comenzaron a hablar con diputados de los diferentes bloques para evitar un nuevo cambio en la norma que perjudique a los monotrobutistas.