Una de las consecuencias más directas de las medidas económicas del gobierno de Javier Milei se refleja en la mesa de los argentinos, donde desde comienzos de año faltan un 17,5% de platos con carne vacuna, un 14,5% de lácteos y un 45% de panificados.
Visto desde el lado comercial, el expendio que se hace a través de los supermercados y autoservicios acumuló, en el mismo lapso, una reducción del 8% interanual.
Los más afectados fueron los alimentos perecederos, con una merma del 20,5% interanual, y las bebidas, con un retroceso del 19,1%, según la consultora Scentia.
A nivel mayorista, hubo una menor cantidad de unidades por ticket y y en frecuencia de compras.
Donde más se sintió, según CADAM, fue en postres, yogures, dulces, chacinados y bebidas en general, mientras que se registraron mayores compras de productos básicos, como aceites, harinas y azúcar.
Pero antes de Milei, el informe “Una mirada sobre la evolución del consumo alimentario a nivel mundial y en Argentina en las últimas seis décadas” (de Daniel Díaz, Andrea Goldberg, Rosa Fernández, Laura Barbieri y Andrea Graciano) comparaba que, mientras el consumo aparente per cápita de alimentos desde 1961 a 2021 crecía en el mundo un 42%, en Argentina sólo lo hacía un 4%, 10 veces menos.
Carnes, leche y pan son históricamente los pilares de la dieta argentina, de acuerdo con el estudio.