En agosto se reportó un estrepitoso aumento de 22% en el precio de la carne

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Carniceros locales dicen que hay preferencia por el pollo y el cerdo. La caída del consumo de carne vacuna en lo que va del año fue de 14,1%. Tras seis meses de una relativa estabilidad en el precio de la carne vacuna, agosto sorprendió con un aumento del 22% en los cortes cárnicos.

Desde el sector aseguran que los clientes han reemplazado la compra de carne vacuna por el pollo y el cerdo. Además, destacan otros gastos como la energía y los combustibles, que tienen una incidencia fuerte en el costo. Sucede que la situación económica actual, marcada por una disminución del poder adquisitivo, ha afectado negativamente al consumo de carne en Corrientes.
“El incremento fue significativo. Tras seis meses de una relativa estabilidad en el precio de los cortes cárnicos (enero a junio), agosto sorprendió con un aumento del 22%. A pesar de no haber incrementos en este período señalado, no pudimos levantar las ventas”, comentó el carnicero de la ciudad de Corrientes Hugo Lucena. “Así como nos preocupa que se vuelva a mover el valor de los cortes cárnicos, también nos advirtieron que puede haber escasez de stock para el consumo local. Esto, producto de la sequía y de los importantes volúmenes que se están exportando a otros mercados”, adelantó el comerciante. Vale mencionar que la diferencia en el aumento de precios entre la carne vacuna y otros productos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha sido evidente. Además, el impacto del aumento de las tarifas energéticas y del combustible también ha contribuido a la caída del consumo. “Mantener las cámaras refrigeradas durante las 24 horas del día es un costo muy alto para la industria. También debemos considerar el aumento de los combustibles, que tiene una incidencia fuerte en el costo de la carne al público”, destacó Lucena.
Asimismo, hizo referencia a que: “Todos los carniceros han achicado la venta de carne vacuna porque cayó el consumo, pero han reemplazado la de vaca por otras, como la de pollo y la de cerdo, para mantener el negocio a flote. Asimismo, hace 10 días aumentó un 25% el precio del cerdo”, explicó. “Las familias también reducen las compras y sólo gastan en lo que van a consumir durante el día”, enfatizó. En este contexto, desde otra carnicería, un encargado explicó: “No sólo este sector está mal, sino todos. A la gente no le alcanza el sueldo para nada. La gente come menos carne”. Por otro lado, con respecto a cómo analiza el nivel de consumo presentado en lo que va del año en la región, afirmó: “La comparación interanual da cuenta de una baja de entre 28 y 30% y eso es mucho, más allá de que entendemos que el contexto general es recesivo, por eso todas las empresas del Nordeste sacamos ofertas, porque queremos reactivar la rotación de los productos”.
CAYÓ EL CONSUMO
En cuanto al contexto nacional, según datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), la caída del consumo de carne vacuna en lo que va del año fue de 14,1% en comparación con enero-julio del año pasado. Esto representó 205.600 toneladas menos y es el consumo de carne vacuna más bajo en lo que va del siglo. En realidad, de los últimos 26 años. Asimismo, en los primeros siete meses de este año se produjeron 1.779 millones de toneladas de carne vacuna (-8,8 % anual), lo que implicó una reducción de la cantidad ofrecida equivalente a 170,66 millones de toneladas. Las exportaciones de carne vacuna habrían ascendido a 530,6 millones en lo que transcurrió del año, suponiendo un promedio mensual exportado de 76 millones. En julio se faenaron 1,25 millones de cabezas de hacienda vacuna. Al comparar el nivel de junio, la actividad de la industria frigorífica registró una recuperación mensual, que corregida por el número de días laborables fue del 3,8% mensual (el número de días feriados de junio tuvo un claro impacto en el nivel de faena de aquel mes).
Al comparar con julio de 2023, la faena vacuna tuvo una caída de 3,1%. También cayó el consumo promedio por habitante por año: fue de 45,6 kilos, 15,1% por debajo del promedio alcanzado en enero-julio de 2023 y el peor registro de los últimos 14 años.