Al año le restan poco más de tres semanas y desde varios sectores ya se ensayan balances y análisis de lo que deja este “complicado” 2024. En el caso de los combustibles, si se repasan las 11 subas aplicadas a lo largo del año, y teniendo como parámetro de representatividad a YPF (seis de cada 10 litros vendidos en el país corresponden a esa compañía), se puede afirmar que aquí el encarecimiento fue, hasta el momento, del 81,1%.
A ese indicador se arriba teniendo en cuenta que el 1 de enero, un litro de Súper de esa compañía (el producto más vendido) costaba aquí $639 y hoy en el duodécimo mes del año vale $1.183 (+$544=85,1%). La Premium inició el año a $779, su importe actual es de $1.438 (+$659=84,5%). El Diésel 500 de $689 a $1.224 (+$535=77,6%) y el Diésel Premium pasó de 829 a 1.469 pesos (+$640=77,2%).
Las 11 variaciones en las pizarras se aplicaron bajo este cronograma: 3 de enero, 1 de febrero, 1 de marzo y 1 de abril, 1 de mayo, 1 de junio, 1 de julio, 1 de agosto, 1 de septiembre, 1 de noviembre y 1 de diciembre.
De igual modo, hay que recordar la reducción del 1% que se aplicó el 1 de octubre, en un hecho que estuvo más cerca de ser algo simbólico que una medida que realmente impacte en los bolsillos de los conductores.
Las demás petroleras también actualizaron sus importes conforme a sus estrategias de mercado y a nivel local, la gran puja se dio con la Súper de YPF. Es así que las expendedoras de Puma, Gulf, Axion y de algunas Shell, todo el año trataron de “pegarse” al valor expresado por los surtidores locales de la petrolera de bandera.
En cuanto al nivel de operatividad de las estaciones locales, según últimos reportes de la Cámara local (CESCOR), lo que más preocupa al sector es la caída significativa que se sigue registrando en el comparativo interanual.
“Los datos de octubre último, comparados con igual mes de 2023, señalan que tenemos un 20% de volumen de ventas que no se recuperan. El principal argumento que explica esa asimetría tiene que ver con las operaciones que se hacían en las localidades de frontera, y en estaciones ubicadas en puntos de tráfico de comercio fronterizo o de transporte internacional”, dijo Carlos Gold.
El posible “autodespacho” generó inquietud
El Gobierno Nacional dio a conocer, días atrás, que publicará en breve una nueva normativa para permitir el “autodespacho” de combustibles en las estaciones de servicio. Esa noticia generó inquietud y demanda de diálogo entre los actores del sector para alcanzar consensos ante lo que algunos consideran cambios inevitables.
Es así que luego de que el ministro de Desregulación y Transformación de la Nación, Federico Sturzenegger, fue el portavoz de ese anuncio, los dirigentes del rubro admitieron que “postergar este debate podría derivar en conflictos futuros”.
Pedro Llorvandi, dirigente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), enfatizó la necesidad de sentarse a discutir tanto esta iniciativa como el impacto de una eventual desregulación general de la venta minorista de combustibles. Según Llorvandi, “el mundo ya está yendo hacia este sistema. Más tarde o más temprano, también llegará a Argentina”.
El referente de la Cámara de Expendedores de Santiago del Estero, aseguró que lleva “más de tres o cuatro años solicitando reuniones con los sindicatos para abordar el tema del autoservicio”.
En ese contexto, aseveró que el modelo ya es una realidad en buena parte del mundo, tanto en Europa como en América.
El directivo lamentó la falta de respuesta por parte de los sindicatos con los que intentó entablar conversaciones. “Siempre la respuesta hacia nuestra convocatoria al diálogo por parte de los gremios fue que no había lugar para una discusión como esa”, advirtió.
También consideró que resulta esencial definir un acuerdo para implementar el autoservicio en el país, teniendo en cuenta las particularidades del mercado local, como la dualidad de combustibles líquidos y gas natural comprimido. “Tenemos que ser responsables y muy adultos. Es momento de sentarse a dialogar”, insistió.