La primera luna carnavalera recibió a las protagonistas de la fiesta , las comparsas participantes de los corsos oficiales. Incorporado como parte de la escenografía planteada en la temporada pasada, los espectadores fueron ocupando las gradas de las tribunas dispuestas para disfrutar del espectáculo, poniendo el colorido de sus banderas, globos, cotillón identificatorio de su apasionada preferencia de las protagonistas del espectáculo.
Algo para mencionar como un elemento que se impondrá de ahora en más, observados en otros lugares, en otras fiestas del carnaval, la portación de banderas, de las bengalas con los colores que definen a las comparsas, hecho que se originó en la presentación de los carnavales, afirmándose en el banderazo de las comparsas y replicado con buen criterio en la noche inaugural de nuestros corsos, aportando otro componente más al objetivo de revalorizar y recuperar algo fundamental, la esencia del carnaval.
Las tribunas fueron testigos de este despliegue de brillo, color y alegría “derrochado” por los destinatarios del espectáculo, el público, agregando a este colorido, el cotillón distintivo de estas fechas, la nieve artificial, sirviendo para lanzar hacia el aire, produciendo el efecto cascada, sumando a la gran mayoría a la utilización de ese mecanismo para el juego y la diversión, incluso hizo “prenderse” a esta iniciativa a los funcionarios en el palco oficial, factores que indican la necesidad de ser parte de la fiesta y generar la oportunidad necesaria para contribuir al crecimiento y un posicionamiento como atractivo de la ciudad a los carnavales.
Hasta que llegó el momento por el cual el público de manera expectante aguardaba, el desfile de las comparsas participantes, una mención especial a la manera que han tomado cada comparsa el rol de ser los promotores de esta fiesta del carnaval, en su vestuario, narración de la temática y la selección musical que permitió además de escuchar esos temas “pegadizos”, los hit de temporada recrear temas alusivos a los carnavales correntinos y animarse a proponer la “Canción del Surubí” en ritmo tropical para considerar algunos aspectos decididos por las comparsas.
FENIX
La apertura de la primera luna carnavalera estuvo a cargo de Fénix, sin una representación o coreografía planteó al público sus ganas, su pasión familiar por el carnaval, con unos “Académicos” que acompañaron el paso de sus bailarines, con un sentido homenaje a dos personas, “ángeles” denominados por ellos Pedro Bordón y Agustín Domínguez, presentando una carroza alegórica del Ave Fénix, resurgiendo para abrazar este sueño carnavalero.
TROPICAL
La comparsa con casi 50 años de vigencia, de recorrer los circuitos goyanos, trajo el Destino Goya, con una renovada propuesta y algo que quedó bien marcado la recuperación de la característica de “Tropical” ser el espíritu del Carnaval, que se podría definir como el brillo del Sol deslumbró a la Luna Carnavalera, poniendo ese entusiasmo en su batería y la banda con una selección de temas de la movida tropical, incluido el cuarteto y la presentación en la interpretación de Tentación Latina de la Canción del Surubí en ritmo tropical, demostrando las ganas intactas y la recuperación de sus valores el desafío para el futuro de nuestro carnaval.
ARAMI
PORAMBA
Cada una de las protagonistas dieron lo mejor de sí, en esta noche inaugural, las que compiten buscando demostrar sus cualidades para la consideración del jurado, pero sin dudas por lo observado en la primera luna de carnaval, todos estos elementos avizoran el protagonismo asumido con el propósito de recuperar la esencia de los corsos goyanos, posicionar como un atractivo de interés para el visitante y de un desarrollo a futuro de la fiesta del carnaval de la ciudad.
Los afortunados de las propuestas e iniciativas, los espectadores que tendrán tres noches más, 25 de enero 1 y 8 de febrero para disfrutar del espectáculo y las comparsas que compiten dos lunas más para recibir la devolución del jurado y conocer ese dictamen, el más importante ya se logró la aprobación satisfactoria de los consumidores, el público que colmó el Corsódromo de Costa Surubí.