River fue una aplanadora ofensiva, goleó a Independiente del Valle y se clasificó a octavos de la Copa Libertadores

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En un partido vibrante, como los que últimos que se vieron de la Champions League, River goleó 6 a 2 a Independiente del Valle en el Monumental, y se clasificó a los octavos de final de la Copa Libertadores, algo que consiguió por undécima vez consecutiva. Con un Franco Mastantuono brillante, el equipo de Marcelo Gallardo prolongó su buen momento e hilvanó su quinta victoria consecutiva, tras arrancar ganando, pasar a perder y darlo vuelta hasta arrollar al conjunto ecuatoriano.
River sabe que cuenta con un plus en cada partido. Con una carta poderosa. Con un mago adentro de la cancha. Con un talento de dimensiones gigantescas. Un diamante en bruto que tiene destino de estrella. Y los rivales también lo saben. Pero por más marca, escalonamiento y presión que le hagan, no podés darle un segundo porque te liquida. Lleva la pelota al pie, frena y arranca. Y cuando parece que no está en el partido, de repente vuelve a meterse y es un rayo que impacta en las defensas rivales.
Ese jugador es Franco Mastantuono que, una vez más volvió a marcar la diferencia para River. El zurdo participó de los tres goles en los 45 minutos iniciales.
En el primero, tiró el corner que Martínez Quarta bajó de cabeza y Driussi empujó a la red; en el segundo enganchó y habilitó a Bustos, que pasó como un tractor por la derecha y tiró un centro rasante que el defensor Luis Zárate metió en su propio arco y el tercero es obra exclusivamente suya ya que estuvo más despierto y rápido que todo el fondo de Independiente del Valle para ir a buscar una pelota que había quedado muerta (después de que Colidio la peleara), gambeteó al arquero y le hicieron el penal del que él mismo se hizo cargo de anotar con personalidad.
Encima, el equipo ecuatoriano se quedó con 10 hombres por la expulsión de Carabajal (el árbitro Valenzuela le había sacado amarilla primero y después el asistente le advirtió que era roja porque el defensor no quiso disputar la pelota).
No tuvo un buen primer tiempo River en el juego más allá de irse ganando al descanso. Pero ahora, a diferencia de lo que pasaba hasta hace poco más de un mes, encuentra el gol fácil. Es contundente y efectivo. A los ocho minutos abrió el marcador y después de ir perdiendo, lo dio vuelta.
Estuvo incómodo River. Quizás, sintió el trajín de partidos. Pero también Independiente del Valle lo puso en aprietos. No se tiró atrás como hacen otros equipos en el Monumental, sino que salió a jugar y con ataques directos lo vulneró. Le ganó el mediocampo, que fue una zona de tránsito por momentos, y aprovechó las fallas y distracciones defensivas que el local tuvo. Primero, en un error compartido entre Martínez Quarta y Castaño, que culminó con la definición de Hoyos y después Pezzella quedó pagando cuando Layan Loor lo desbordó y Spinelli anticipó a Martínez Quarta. Hubo desconexión en la zaga central millonaria.
Y ayer también tuvo inconvenientes en la mitad de la cancha en la parte inicial, en la que sintió la ausencia de Enzo Pérez. Por eso Gallardo mandó al mendocino a la cancha para jugar el segundo tiempo y soltar a Castaño como interno y en esa posición levantó su nivel. Salió Galoppo, que tuvo una noche para olvidar, con muchas imprecisiones y desbordado en la marca. También, Meza reemplazó a Nacho Fernández, agotado. después de aportar algunos destellos.
Y justamente fue Meza el que estiró la ventaja al comienzo del complemento tras una pared entre Bustos y Castaño para empezar a definir la historia. Y Borja, que también tuvo minutos, estiró la goleada con una gran jugada personal después de que le anularan otros dos.
Con el hombre de más, en el River jugó más tranquilo en el segundo tiempo, en el que fue otro partido. El equipo local manejó la pelota, dominó y tuvo momentos de gran fútbol como había pasado el lunes ante Barracas. Y después de que a Independiente le anularan un gol por offside, llegó el sexto de Lanzini con un bombazo.
“Este es el famoso River”, se cantó en el Monumental, que vivió otra noche de fiesta.