Javier Milei llegó a Rosario para celebrar el día de la Bandera y darse un baño de multitudes. El acto fue corto y el Presidente –con un discurso poco confrontativo– aprovechó para resucitar el Pacto de Mayo que celebrará el 9 de julio en Tucumán y convocó a expresidentes, gobernadores, legisladores, jueces, sindicalistas pero no nombró a la Iglesia Católica. Eso sí, se quedó con las ganas de gozar de una multitud. Fueron pocos hasta el Monumento a la Bandera, aunque se mostraron fervorosa por el líder de La Libertad Avanza, pero muy negativas con, por ejemplo, el gobernador Maximiliano Pullaro, al que silbaron cuando le reclamó al Presidente “federalismo real” y la falta de “obras de infraestructura para desarrollar y desplegar todo el potencial” que tiene el país en general y la provincia de Santa Fe en particular. A su turno, Milei no contraatacó y se limitó solo a escuchar.
Milei había llegado acompañado por la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, el jefe de Gabinete, Guillermos Francos y los ministros Mario Russo (Salud), Patricia Bullrich (Seguridad), Sandra Pettovello (Capital Humano), Luis Petri (Defensa), la canciller Diana Mondino y Mariano Cúneo Libarona (Justicia).
Al arribar a Rosario la delegación se quedó en el predio de Prefectura, donde se especulaba que podía llegar a darse algún tipo de reunión con las autoridades locales y provinciales. Pero no ocurrió. Según se conoció, el mandatario se quedó revisando el discurso que más tarde terminó leyendo. En paralelo, mientras el frente del Monumento a la Bandera comenzaba a llenarse de dirigentes, Pullaro y el intendente Pablo Javkin permanecieron en la Sala de las Banderas, por donde también pasaron funcionarios de la comitiva nacional. “Son formas de gobernar”, dijo luego Pullaro a la prensa, minimizando la imposibilidad de reunirse con el Presidente. Es la segunda vez que el gobernador recibe a Milei en la provincia en menos de dos semanas y nunca logró una reunión bilateral. Tampoco pudo hablar cuando Milei y su comitiva se fueron.
Para las 10 de la mañana, Milei llegó al Monumento. En el cronograma oficial, para ese horario estaba estipulado el cierre del acto y el regreso a Buenos Aires. Pullaro y Javkin esperaron al Presidente sobre calle Santa Fe, donde aún permanece parte del obrador correspondiente a las obras de refacción del Monumento, que quedaron inconclusa por la falta de pagos del propio gobierno bajo la premisa “obra pública cero”. Las reparaciones se anunciaron justamente un 20 de junio de 2015. Tres licitaciones después, las obras siguen sin finalizarse. “Como rosarinos, seguimos pidiendo respuestas sobre la paz, seguridad y recuperar este Monumento que empecé yo a poner en valor y que todavía está pendiente. Una vergüenza nacional”, dijo la exintendenta Mónica Fein a una radio local.
Milei llegó con su banda presidencial y el bastón, del que solo se desprendió para leer el discurso. La organización dividió a las autoridades y funcionarios en tribunas separadas. Por un lado, dirigentes nacionales y afines. En esa primera fila quedaron ubicados Pullaro y Javkin, intercalados con Milei y Villarruel. El resto de los funcionarios locales y provinciales, presentes en su mayoría, quedaron en la otra tribuna de sillas.
Los discursos comenzaron casi en sintonía con la llegada las organizaciones sociales y políticas que se movilizaron para repudiar la presencia de Milei. No lograron llegar al Monumento porque el operativo de seguridad no se los permitió. Solo unas pocas personas lograron burlar la custodia e ingresaron con una serie de carteles que desplegaron recién cuando Milei comenzó a hablar.
Los discursos
El primero en hablar fue Javkin. Antes de comenzar, desde los costados ya bajaba una silbatina tipo cancha de fútbol. El intendente rosarino señaló que la ciudad vive desde hace mucho tiempo “días difíciles” en materia de seguridad, pero celebró que la situación se esté comenzando a revertir. “Con mucha prudencia hoy podemos decir que se empieza a ver que algo está cambiando. Y es muy importante, porque la principal preocupación de las personas de bien que viven en esta ciudad es la seguridad. Es poder caminar en libertad”, expresó.
Pese a los elogios, el intendente reclamó una mirada más federal por parte de la Casa Rosada: “Bienvenidos a esta ciudad del interior orgulloso que pelea con firmeza por un federalismo real dando siempre todo lo que tiene, porque esa es la historia de nuestra gente que es buena, austera, laburante, respetuosa, que cuida el mango y actúa limpio. Y que siempre está dispuesta a aportar a la Argentina”. La respuesta de los libertarios fue el grito de “la casta tiene miedo”.
A su turno, Pullaro celebró la visita de Milei al acto del 20 de junio. Desde el arribo de Mauricio Macri en 2017 que un mandatario argentino no participaba del evento oficial en la ciudad. Por eso, el gobernador habló de un acto “que durante muchos años ha sido olvidado, ninguneado y hasta ha sido politizado”. El dirigente también enfocó parte de su discurso al tema seguridad: “Estamos poniendo orden en la cárcel y orden en la calle. Y estamos los tres poderes del Estado juntos y los tres niveles del Estado juntos, porque somos un pueblo de gente trabajadora que quiere vivir en paz y tranquila”.
Desde los costados, los silbidos también iban creciendo de a ratos. Pero lejos de amedrentarlo, Pullaro redobló la apuesta: cambió su tono y le habló directo Milei, que lo escuchaba a unos pocos metros. “Señor presidente, mire al interior productivo que nos faltan obras de infraestructura para desarrollarnos y poder desplegar todo el potencial que tiene nuestro país. Pero también necesitamos que nuestros jóvenes estén en las universidades para unir el conocimiento con el sistema productivo”, cuestionó. Luego agregó: “Por supuesto que necesitamos el equilibrio fiscal, pero también necesitamos desarrollo económico, crecimiento, y unificar nuestro sistema educativo con nuestro sistema productivo. Necesitamos federalismo”.
Milei no se dio por aludido. Recibió el saludo de Pullaro y se dirigió a dar su discurso que fue breve y tuvo poco para destacar. Realizó un repaso histórico sobre la insignia patria y la figura de Manuel Belgrano, mechando con críticas a la dirigencia política de ayer y de hoy. Lo que se resalta es la nueva convocatoria al frustrado Pacto de Mayo, que en algún momento se especuló con hacerlo este 20 de junio en esta ciudad, aunque la idea nunca tomó forma.
Con la Ley Bases a punto de ser aprobada, la invitación está lanzada para el 9 de julio en Tucumán, donde el presidente finalmente espera poder firmar, con un amplio espectro del campo político argentino, diez lineamientos estratégicos a sostener en el tiempo. Gran parte de la resistencia a ese pacto se da porque los puntos ya están escritos y el gobierno quiere el acompañamiento, mientras que los gobernadores quieren consensuarlos.
“Para poder alcanzar el sueño de una Argentina próspera y libre es fundamental que todos aquellos que compartimos la causa de la libertad, que todos aquellos que entendemos que la Argentina tiene que volver a abrazar las ideas que nos hicieron grandes, depongamos las anteojeras partidarias, nos desprendamos de nuestros intereses particulares y trabajemos juntos para establecer el nuevo orden económico que la Argentina necesita para volver a ser una potencia mundial”, sostuvo. “Deseo que este año sea recordado en la historia argentina como el punto de inflexión en que empezamos a ser grandes”, finalizó.