River y Vélez aburrieron y los de Núñez dependen de otros para entrar a la Copa

24

Una nueva frustración de River: empató 0-0 con Vélez en Liniers y con este resultado permitió que automáticamente Argentinos Juniors se clasificara para jugar la Copa Libertadores de América. Todavía tiene chances el equipo de Nuñoz de llegar al máximo torneo continental: entrará si sale campeón de la Liga Profesional o si Central, Boca o Argentinos consiguen el título y liberan un cupo.

Los datos del tobogán de River son demoledores: en las primeras ocho fechas del torneo logró 18 puntos y en las últimas nueve sólo cuatro. Y encima, en este segundo tramo sufrió las eliminaciones de la Libertadores y la Copa Argentina.

Gallardo presentó una formación bien distinta a la del Superclásico. Por diferentes razones (suspensiones, lesiones, decisiones tácticas) solo sobrevivieron Armani, Portillo, Rivero, Driussi y Salas. Entró Enzo Pérez, que no anduvo mal, jugó de entrada Quintero, se lesionó Bustos y terminó el partido con los juveniles Obregón, Ruberto, Subiabre, Acosta y Freitas. No puede negarse que se buscan fórmulas de lo más variadas, aunque ninguna parece funcionar.

River tuvo un buen comienzo, salió con todo, presionó arriba, fue claramente superior en el primer cuarto de hora, pero de a poco fue perdiendo peso en el medio. El partido empezó a equilibrarse y, ya en la segunda parte, los de Guillermo Barros Schelotto mostraron mejor manejo de la pelota, más vocación ofensiva y lograron llegadas más claras por la gestión de Bouzat, Lanzini y Carrizo.

Casi todas las situaciones de gol de Vélez se frustraron en las manos de Armani, que tuvo varias intervenciones muy meritorias empezando por una volada espectacular ante un remate de Carrizo que se colaba en un ángulo. El arquero estuvo seguro en los centros, atento en los remates de media distancia y rápido para anticiparse en una entrada peligrosa de Galván. Entre las llegadas del equipo local, hay que anotar también un cabezazo desviado de Cavanagh, casi en la línea de gol, con Armani entregado.

Por el otro lado, Driussi tuvo dos buenas chances en remates que se fueron por arriba, Salas metió un disparo cruzado en una jugada que generó el reclamo de Juanfer Quintero, que esperaba libre para concretar, y Casco, metió un buen cabezazo que se fue por poco, desde una posición inmejorable.

Un dato que certifica el bajón psicológico de River es que en los últimos cinco minutos y pese a la obligación de ganar, no se pudo arrimar a Marchiore porque la pelota circuló en las cercanías de Armani ya que Vélez sí sentía que lo podía ganar.

Con el formato de eliminación directa que se abre a partir de ahora, seguramente se escribirán otras historias muy distintas. River sabe más que nadie de la necesidad, de aferrarse a aquello de borrón y cuenta nueva.