Con la promesa de continuar con “la doctrina Bullrich más fuerte que nunca”, que asegura más punitivismo, represión a la protesta social, detenciones arbitrarias y habilitación a la justicia por mano propia, asumió en su cargo la nueva ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva.
Ella se desempeñaba como secretaria de Seguridad –la segunda de Patricia Bullrich– y la extitular de la cartera se anotó como un triunfo que los hermanos Milei le permitan, más allá de ir al Senado, seguir controlando los hilos de la cartera desde las sombras.
Pese a todo, Bullrich seguirá manejando el ministerio, y eso quedó en evidencia durante la jura de su sucesora. En todo momento Bullrich fue la protagonista del acto en el Salón Blanco. Ingresó junto al Presidente y la propia Monteoliva y, durante la jura, estuvo en el medio de ellos casi todo el tiempo. Los aplausos estallaron cuando mencionaron su nombre y todos la iban a saludar a ella y sacarse fotos.
Luego de la jura, Monteoliva conversó con la prensa y aseguró que avanzará en “la profundización de las políticas que venían”, porque “la doctrina Bullrich está más fuerte que nunca”.
En esa línea, detalló que continuarán con el Plan Bandera en Rosario –que la semana que viene habrá una reunión con el gobernador Maximiliano Pullaro– y que seguirán de cerca la situación de seguridad en la Provincia de Buenos Aires.
En cuanto al equipo de gestión, Monteoliva confirmó que se mantendrá y que solo habrá “cambios mínimos”.
El embajador de Estados Unidos, como en su casa
En primera fila estuvo el flamante embajador de Estados Unidos en la Argentina, Peter Lamelas. Él, además de Bullrich, se mostró en todo momento como si fuera el anfitrión del evento.
Todos iban a saludarlo, incluso el titular de la SIDE, Sergio Neiffert, con el que se reían y se mostraban cosas desde sus celulares. El nuevo embajador se había reunido minutos antes con el ministro del Interior Diego Santilli. Con la prensa acreditada en gobierno calificó el encuentro con el titular de la cartera como “excelente”, y prometió que comenzará a recorrer las provincias a la brevedad.
Antes de asumir, Lamelas había dicho que venía a La Argentina con la misión de “asegurar que Cristina Kirchner reciba la justicia que bien merece”, y a recorrer las provincias “para dialogar con los gobernadores y vigilar que no hagan acuerdos con los chinos”.
En la jura de Monteoliva, sin embargo, no estuvo el asesor sin cargo Santiago Caputo. Sí el titular de la SRA Nicolás Pino, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado y también el obispo Santiago Olivera que la semana pasada encabezó una polémica misa castrense dedicada a Bullrich y Petri en la que agradeció la tarea de ambos y criticó a los gobiernos anteriores por su gestión en materia de defensa y seguridad.
Petri: “Hay que dejar de perseguir a las fuerzas por portación de apellido”
Otro de los que estuvo presente en la asunción fue el aún ministro de Defensa Luis Petri. Él adelantó que el domingo presentará junto a Milei la llegada de seis aviones F16 en la localidad de Río Cuarto, Córdoba y que, luego de eso, el 10 de diciembre, asumirá su sucesor, el militar Carlos Presti.
Ante la polémica que genera que por primera vez desde 1983 asuma en un ministerio un militar sin renunciar a su cargo, dijo que para el gobierno no había contradicciones ni ningún tipo de impedimento. También subrayó que no había problemas con que Presti no se haya pronunciado sobre los crímenes de lesa humanidad que su padre cometió durante la última dictadura.
“No hay ninguna polémica con Presti. Nosotros nos sentimos orgullosos de que un teniente general hoy se haga cargo del ministerio de Defensa”, expresó y añadió, a modo de chicana y olvidando el pasado de la ministra saliente de Seguridad, que: “Sin lugar a dudas a los kirchneristas les gustaba otro perfil, les gustaba poner montoneros… a nosotros nos gusta poner militares”.
Petri recordó que él ya tenía en su equipo militares –como el secretario de asuntos militares– y que “no hay incompatibilidad”.
Ante la consulta por el padre de Presti, Petri dijo: “La mirada de Presti sobre la dictadura se la tienen que preguntar a él, pero hay que dejar de perseguir a las fuerzas por portación de apellido. Esto es lo que pasó durante muchísimo tiempo: No se le daban los ascensos por portación de apellido a muchos militares que eran excelentes profesionales. Nosotros vinimos a reparar eso”.









