GOYA, LA OTRORA “PETIT PARIS”, ENTRE LA DICOTOMIA DE MODERNIZAR O VIVIR EN LA CLOACA

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El “efecto del niño” parece desnudar, cada vez que aparece por estas latitudes, las terribles  deficiencias estructurales de lo que es la infraestructura de la ciudad, la inoperancia supina de funcionarios (algunos atornillados al poder hace décadas), y prendido a esa inoperancia, vienen como condición “sine qua non”, la tercerización, lo precario, la sub facturación, el fraude, la obra trucha, lo disimulado, lo efímero, en fin: LA CORRUPCION.

Los goyanos venimos con décadas de atraso, con proyectos o  planes integrales, eje de esta nota de opinión,  que se repiten cada 4 o 5 años, los gastos millonarios que ellos conllevan e inauditamente su falta de aplicación a estas alturas, concebido ya  como algo caprichoso, algo que podriamos decir que con cada cambio de gobierno municipal o provincial, sin temor a equivocarnos “se va a repetir” exactamente de la misma manera, solo con reemplazo de algunas caras, pero presentado una y otra vez, como algo novedoso y de aprovechamiento general para mejorar la calidad de vida de los goyanos.

Planes estratégicos que desde principios de los 2000 (mas o menos) tienen a estas alturas un tinte maniqueo, pero que ante la menor adversidad natural -la cual es presentada como el gran enemigo a combartir o por lo menos mitigar- nos pega una cachetada de realidad que nos hace bajar a la tierra, esa tierra que predomina que siempre gana, que siempre se impone y  a la cual, nunca pero nunca llegamos ni por asomo a empatar o medianamente a menguar sus efectos devastadores.

Y cuando hago referencia a  “el efecto Niño”, ese fenómeno natural que se repite cada tanto y llega por estos lares, reflejándose en crecida de los rios, lluvias mas frecuentes e intensas, tormentas eléctricas con ráfagas de viento; todo es presentado por parte de las autoridades de turno (provincia y municipio) haciendo un “copy paste” de informes a los que solo le cambian las fechas o describiendo -también con la misma técnica- el porqué vivimos como vivimos y sufrimos lo que sufrimos, hechándole la culpa a “otros” sin que de esa culpa se salve ni el mismo Dios,  en la otrora “Petit Paris”  o actual “Capital del Mundial de Pesca”, que quizas en las manos correctas y no de oligarcas burgueses, terratenientes e inescrupulosos, que la manejan a su antojo hace casi un cuarto de siglo, podriamos quizas mitigar los efectos naturales aludidos y no solamente ante cada precipitación o ventizca, haga que grandes extensiones de la ciudad queden anhegadas por falta de desagües pluviales, sin servicios (luz, Tv por cable, internet, etc) por caida de postes podridos y cables que en muchos lugares, son tan viejos como la electricidad misma,  sino también por la trágica realidad que por estos tiempos, estos lúmpenes disfrazados de demócratas, nos hacen vivir en una ciudad nauseabunda con verdaderos “géiseres” de líquidos cloacales que brotan desde las profundidades.

Alusivo a lo que tal vez en alguna época fué la “Petit Paris”, hoy siguiendo un aburguesado estilo francés, sin que ello tenga nada que ver con la utilización original, podriamos tambien decir que por momentos vivimos en “La cuna del Surubi” o  en “La Capital del Mundial de Pesca”, y porqué no en la  “Petit Ville de la Bonne Merde”.- 

Aldo Zini