Desmitificando los números de Javier Milei

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Superávit fiscal, aumento de reservas internacionales, desaceleración de la inflación, caída de la brecha cambiaria. Son las variables que Javier Milei exhibe, aplaude, festeja. Los números “que cierran”. También es la vara con la que mide el presidente su gestión. Incluso omitiendo los derrumbres de las variables de la economía real como la actividad, el consumo, o los ingresos, asimilables con la crisis derivada de la pandemia del coronavirus; las financieras que festeja La Libertad Avanza tampoco implican un éxito del plan económico.  A costa de qué las consiguió, qué omite y cuán sostenibles son.

“Lo que mas le duele a muchos opositores es que estamos haciendo las cosas bien porque los números nos dan, y nos cierran“, explicaba el jefe del bloque de senadores de La Libertad Avanza Ezequiel Atauche en la sesión que terminó con el rechazo del DNU en la cámara alta, “desde que está vigente este DNU detuvimos una hiperinflación que nadie pensaba que la íbamos a detener tan rápido y que está decayendo y acumulamos 10.000 millones de dólares de reservas cuando nadie lo esperaba. Estamos haciendo las cosas bien y eso les duele”.

En esa frase, Atauche resume la visión de Luis Caputo y Javier Milei. Los números que “dan”, que “cierran” son las variables que obsesionan al presidente, muy importantes para la economía, pero que no pueden analizarse aisladas del resto. Es que Javier Milei no twittea ni retwittea ni hace referencia alguna a la caída del 21,3 por ciento de la capacidad de compra entre enero y noviembre del salario real, del aumento de ocho puntos porcentuales de la pobreza en un solo mes, ni de la merma del 30 por ciento de la industria pyme, o del 28,5 por ciento de las ventas minoristas en enero.

Al hacer doble click sobre sus caballitos de batalla, las variables financieras, tampoco hay mucho para celebrar:

Superávit financiero: la meta se va corriendo

“El corazón del programa económico de Luis Caputo  y Javier Milei es lograr el equilibrio fiscal a través de un fuerte ajuste del gasto”, explica a PáginaI12 la analista económica del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) Jennifer Stefan. Es el ancla fundamental que eligieron para dar a los agentes económicos, y por eso se encargan de repetir que “no se negocia”.

Todos los analistas consultados por PáginaI12 desconfían de la posibilidad de mantener estos resultados en el mediano plazo.  “Al desagregar cómo se llega a ese resultado, se puede proyectar que será muy difícil de sostenerlo en el tiempo. La licuación de jubilaciones explica el 44,5 por ciento de la reducción del gasto en enero, luego siguen el recorte de subsidios energéticos, salarios estatales y transferencias a provincias”, adelanta la economista Georgina Pessagno de la consultora GPS, y alerta: “Los ingresos se mantuvieron casi constantes gracias al fuerte impacto que tuvo en la recaudación el incremento del impuesto PAIS a las importaciones, ya que otros ingresos como IVA y contribuciones salariales mostraron fuertes contracciones como consecuencia de la recesión y la caída del salario real. Y por cada punto que cae el producto, la recaudación cae un 0,2 por ciento, por lo que la meta se va corriendo aún más y es necesario un ajuste mayor para alcanzar el equilibrio. Es una trampa de la cual es difícil salir“.

“Claramente van a necesitar tomar medidas adicionales para mantener el equilibrio fiscal, que ya no tiene mucho margen. Más allá de cuánto se sostenga en términos económicos, no hay que perder de vista cuánto va a aguantar la sociedad”, complementa Stefan. “¿De qué te sirve el superávit si vos lo que vas a hacer es empobrecer a todo el mundo, ahorcar a las provincias y demás?”, problematiza la economista de Paridad en la Macro Laura Testa.

Acumulación de reservas: con controles de cambio

La compra de dólares para engrosar las reservas internacionales del Banco Central acumulan casi 10 mil millones de dólares junto a un superávit comercial de 797 millones de dólares en enero. “Este ritmo de recomposición de reservas fue posible en un contexto donde persisten los controles de cambio y aún no se ha regularizado el acceso al dólar para importadores (enero registró la menor cantidad de pagos efectuados de importaciones para un enero desde 2004)”, explica Pessagno.

“Además de haber pisado el pago de importaciones, también aportó el parate en el nivel de actividad”, complementa el director de Economía de Fundar Guido Zack, “cuanto menor el nivel de actividad, menos importaciones hay, mayor superávit y mayor capacidad para acumular reservas. En el momento en el que se normalice el pago de importaciones, la acumulación de reservas va a ser mucho menor. Lo mismo cuando se reactive la economía, que la demanda de importaciones va a ser mayor y la acumulación de reservas va a ser menor. Con lo cual tampoco se puede pensar como algo sostenible en el tiempo“.

El “buen” dato de la desaceleración de la inflación 

“La inflación de enero y febrero, que muestran una desaceleración respecto al 25,5 por ciento de diciembre, distan de ser éxitos de la gestión por más que se quiera instalar que se evitó una hiperinflación del 15000 por ciento”, sentencia Pessagno, “las causas de esa desaceleración deben buscarse en el ancla cambiaria basada en el crawling del 2 por ciento luego de la fuerte devaluación de diciembre, en la brutal caída de la actividad que le puso cierto freno a la remarcación, y en la clásica dinámica de sobre reacción en el primer mes posterior a una devaluación de ese calibre”.

“Que la inflación esté desacelerándose es relativo”, complejiza Testa, “Porque en realidad ellos llevaron la inflación a 25 puntos y ahora está en 13, o sea, más alta que el peor mes de la gestión anterior”.

Menor brecha cambiaria

“Objetivamente, este podría ser el “mejor” dato, porque bajaron de 150 a 17 por ciento la brecha cambiaria”, explica Stefan y continúa, “el tema de nuevo es a qué costo. Lo lograron con un salto de tipo de cambio del 118 por ciento”.

“La verdad que el tipo de cambio quedó atrasado, un poco por la promesa del crawling peg al 2 por ciento, que se está cumpliendo, y por la tasa de interés que atrae capitales, que seguramente son de corto plazo”, se explaya Zack. “A medida que se vayan corriendo algunas de las variables y se complique la cosa, esos capitales posiblemente salgan y, cuando salgan, ampliarán la brecha. La sensación es que ya estamos muy apreciados. Todas estas noticias de bienes y servicios que son más caros en Argentina que en Europa, por ejemplo, productos de la canasta básica alimentaria ya van dando indicios de que este tipo de cambio ya no estaría siendo sostenible en el tiempo”.