La base monetaria aumentó 16,2 por ciento en junio. Se trata de un monto de 3,4 billones de pesos. Los datos se publicaron en el informe monetario mensual del Banco Central. El documento aseguró que es un resultado del crecimiento de la demanda de dinero transaccional, sin embargo los datos de actividad económica muestran que en el mes pasado continuó una fase de fuerte contracción del mercado interno. El ministro de Economía, Luis Caputo, apuntó contra los economistas que aseguran que el gobierno no dejó de emitir a partir de los datos de la base monetaria.
“Jamás creí que la deshonestidad intelectual iba a llegar al límite de leer colegas quejarse porque suba la Base Monetaria”, dijo el funcionario a través de las redes sociales. Caputo usó es medio para intentar justificar que existe una diferencia entre la emisión y la expansión de la base monetaria.
“Que suba la base monetaria ES precisamente lo que queremos que pase. Esto NO es emisión monetaria, sino cambio en la composición de pasivos del BCRA, que pasan de remunerados (pases) a no remunerados (BM), producto de la baja de la inflación”, consideró el funcionario.
Uno de los primeros en apuntar al ministro de Economía fue Carlos Melconian, quien destacó el “pacto en materia fiscal” pero cuestionó la sostenibilidad del programa impulsado por Caputo. “Lo que ocurrió en el primer semestre se trataba de un ingenioso plan financiero para atacar una herencia difícil. Lo que se percibe es que no era sostenible en el tiempo, era un plan financiero con fecha de vencimiento, el plan financiero que hasta acá se agotó”, opinó.
Gabriel Rubinstein, exfuncionario del Gobierno de Alberto Fernández, también elogió las intenciones fiscales del Poder Ejecutivo, aunque dejó en claro los problemas de la expansión de la base monetaria. “Eso desmerece el ajuste fiscal y eso presiona al dólar”, advirtió.
El exviceministro cuestionó la idea de que la recesión actual era inevitable, argumentando que el ajuste fiscal no debería haber sido recesivo porque sustituía el impuesto inflacionario. Además, la devaluación pretendía reducir la brecha cambiaria sin afectar gravemente los salarios. “El PBI ‘no agro’ debía haber bajado aproximadamente 1 por ciento, no alrededor de 6 por ciento, en estos seis meses”, según sus cálculos explicó.
En mayo, la autoridad monetaria redujo la tasa referencia en dos ocasiones, con una disminución de 10 puntos porcentuales cada vez y la estableció en el 40 por ciento anual. Esta acción apuntó a limitar el crecimiento endógeno de la oferta de pesos.
En el último informe monetario del Banco Central también se buscó argumentar que la expansión de la base monetaria no significa que haya emisión. “En respuesta al crecimiento de la demanda de dinero transaccional, la Base Monetaria registró en junio un aumento entre saldos a fin de mes de $3,4 billones. Cabe recordar que tanto el aumento del circulante en poder del público como el de los depósitos a la vista no remunerados impactan en la demanda de Base Monetaria, el primero en forma plena y, el segundo, a través de los encajes que se depositan en la cuenta corriente en el BCRA”, dijo el informe de la autoridad monetaria.
Se argumentó además que “esta expansión de la demanda de Base Monetaria fue abastecida por el desarme de la posición de pases pasivos por parte de las entidades financieras y los intereses pagados por esos pasivos remunerados”.
“Cabe destacar que la caída en el stock de pases pasivos y las sucesivas bajas de su tasa de interés han llevado a que la expansión por intereses, en términos reales, se redujera a menos de una quinta parte de la de fines del 2023”, se agregó.
“En este sentido, a fin de junio se anunció una nueva etapa del plan estabilización, que consiste en la eliminación de otra fuente de emisión: la que se origina endógenamente en los intereses de los pasivos remunerados del BCRA”, especificó la entidad.
“Sumada a la eliminación del financiamiento monetario al Tesoro -vigente desde diciembre pasado- esta decisión permite ir desactivando fuentes de dominancia que condicionaron severamente el accionar de la política monetaria en los últimos años. Bajo este nuevo esquema de política monetaria, se reemplazarán los pases pasivos a 1 día por operaciones de mercado abierto con títulos emitidos por el Tesoro Nacional (las nuevas Letras de Regulación Monetaria), devolviéndole autonomía monetaria al BCRA”, consideró el documento del Banco Central.