“Puede haber más detenidos”, anticipó ayer el fiscal general federal Eduardo Villalba en relación a la investigación de la desaparición de María Cash, que desde ayer quedó oficializada como homicidio. La diseñadora desapareció el 8 de julio de 2011, cuando viajaba desde Buenos Aires a Jujuy.
“Llama la atención el silencio del entorno del señor Héctor Romero”, amplió el fiscal al término de la indagatoria al camionero detenido el martes último y que ayer fue imputado formalmente por el delito de homicidio agravado por alevosía. Con lo de entorno Villalba se refirió al empleador de Romero, un comerciante que tiene supermercados en las ciudades de General Güemes y Joaquín V. González, en el sur de la provincia de Salta. Romero conducía un camión Mercedes Benz con acoplado con el que transportaba mercadería entre ambas ciudades. El fiscal aclaró que con “entorno” también se refería “a las personas que sabían que hacía ese viaje”.
María Cash tenía 29 años al momento de su desaparición. El último lugar donde quedó registro de ella es en las cámaras de seguridad del ex peaje de Aunor, en el ingreso a la ciudad de Salta. Viajaba desde la terminal de Retiro a San Salvador de Jujuy pero según se pudo reconstruir en la investigación, bajó en Rosario de la Frontera, en el sur de Salta, y viajó a Santiago del Estero. Desde esa ciudad retomó el viaje a Jujuy, pero luego regresó a Salta. En el ex peaje hizo dedo y fue llevada hasta la rotonda de General Güemes donde volvió a hacer dedo y se produjo el encuentro con Romero.
Villalba dijo ayer que la imputación sostiene que Romero levantó a María Cash en las cercanías de Güemes y en el trayecto a Joaquín V. González, “por circunstancias que habrá que esclarecer, le quitó la vida a María e hizo desaparecer el cuerpo“. “En una hipótesis inicial” podría decir que Romero actuó solo, “pero llama la atención el silencio del entorno”, insistió el fiscal.
En la rueda de prensa que ofreció una vez finalizada la indagatoria, también adelantó que “el Ministerio Público Fiscal va a solicitar un rastrillaje sobre zonas particulares“.
Asimismo, Villalba explicó que la acusación contra Romero, que hasta ahora venía siendo partícipe de esta causa en calidad de testigo porque fue supuestamente la última persona que vio a María Cash antes de su desaparición, se sostiene en “pruebas deductivas de análisis”. “A esa conclusión se llega a través del impacto de antenas en ese momento que demuestran que ese día el camión no hizo el viaje (de Güemes a González) en el recorrido habitual, demoró ese día mucho más que otras veces, de ida y de vuelta”.
A este dato se sumaron las distintas versiones que dio el camionero en las tres veces que declaró como testigo, y otros testimonios, entre ellos el de su propio hermano, que hizo dijo que si su hermano “se había mandado una macana” tenía que hacerse cargo. A su vez, “a lo largo de todos estos años” se verificaron las más de 400 llamados y avisos de personas que dijeron haber visto a María Cash. Este chequeo determinó que esos avistamientos “no fueron reales”. En ese momento “voluntaria o involuntariamente se desvió la investigación de ese lugar”, lamentó el fiscal.
Esta causa está radicada en el fuero federal porque se investigó la posibilidad de que la diseñadora fuera víctima de trata de personas, “que es lo que llevó años, porque no es que la causa se reactivó. Nunca la causa dejó de investigarse, y allanamos cuanto lugar teníamos indicio de que estaba pero es una hipótesis que a esta altura no era correcta”, dijo el fiscal.
“Esto es producto de una investigación que venimos realizando con el Ministerio Público de la provincia, con el cuerpo de investigadores de la provincia, una investigación muy profesional que tiene sólidas bases científicas, donde también hay intervenciones telefónicas“, agregó.
No le hice nada malo
Héctor Romero se declaró “totalmente inocente” ayer en la indagatoria ante la jueza federal de Garantías Mariela Giménez. El camionero dijo que no le hizo nada malo a María Cash y aseguró que si supiera algo sobre su destino, lo diría.
El camionero está vinculado a esta causa casi desde el mismo momento de la desaparición de María Cash. El 14 de julio de 2011 declaró por primera vez en calidad de testigo. Entonces sostuvo que se encontró con la diseñadora a la altura de la rotonda antes del ingreso a la ciudad de General Güemes, dijo que la levantó en el camión y la trasladó hasta la finca El Estanque, sobre la ruta nacional 9/34 que conduce al sur del país y él siguió viaje a Joaquín V. González.
El 28 de julio de ese mismo año volvió a declarar y cambió su versión inicial: esta vez dijo que la dejó en el paraje Palomitas, sobre la misma ruta.
Y el 28 de agosto de 2019, la tercera vez que fue citado como testigo, aseguró que dejó a Cash en la gruta de la Difunta Correa, también sobre la misma ruta. Ayer dijo que esta última versión es la verdadera.
Según informó la fiscalía, al principio Romero dijo que no iba a declarar, pero cuando la fiscalía detalló los elementos de prueba que apuntaban en su contra, consultó con su abogado, Fernando Díaz, y decidió responder las preguntas.
En esa circunstancia, también habló sobre la vestimenta de María Cash, su aspecto y lo que hablaron durante el trayecto compartido, pero tampoco fue preciso. La fiscalía también le consultó por qué creía que su hermano había dicho eso de que si él “se había mandado una macana, que se haga cargo”, en alusión a lo sucedido con Cash: Romero respondió que desconocía las razones para que se expresara de esa forma y aseguró que nunca habló del traslado de María Cash con sus hermanos ni en reuniones familiares.
En cuanto a la demora en el viaje de aquel día en el tramo de General Güemes a González, dijo que se debió a desperfectos del camión. La fiscalía aclaró que esto no surge de las declaraciones de otros testigos de su entorno, en especial del trabajo, entre ellos, su hermano.
El Ministerio Público Fiscal federal destacó que las pruebas reunidas en este caso fueron recolectadas en una revisión del expediente que incluyó descartar uno a uno los más de 400 supuestos avistamientos de Cash y otros datos falsos. De esa tarea participaron gendarmes e integrantes del Cuerpo Especializado de Investigadores (CEI) del Ministerio Público Fiscal de la provincia de Salta.