Un escenario de creciente inestabilidad social

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La Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), junto al Centro de Innovación de los Trabajadores (Citra/Conicet-UMET), presentó la primera edición del Índice de Riesgo Político (IRP). El primer indicador obtenido, correspondiente al mes de septiembre se ubica en 8,3 puntos, un cifra que advierte un aumento de la inestabilidad social y financiera. Con esta herramienta se busca medir y monitorear mensualmente la estabilidad política del país en base a variables económicas, sociales, fiscales y financieras. El presidente del Consejo Académico de la UMET, Nicolás Trotta, afirmó que se trata de “una herramienta que permite anticipar escenarios críticos y orientar decisiones en momentos como el que estamos viviendo, donde la política y la economía se entrelazan con gran volatilidad”.

El informe sostiene que el primer IRP se obtuvo evaluando variables económicas, sociales, fiscales y financieras, ponderadas para anticipar riesgos. El indicador que corresponde al pasado mes de septiembre, el primero medido, alcanzó los 8,3 puntos, ubicándose dentro de la zona de riesgo.

Según señala el comunicado, fue “impulsado principalmente por el deterioro de los factores financieros y sociales, mientras que los componentes económico y fiscal permanecieron en niveles moderados”. En ese contexto, “la media móvil de seis trimestres sugiere una tendencia ascendente en el riesgo general. En conjunto, el indicador refleja un escenario de riesgo político en ascenso”.

En ese sentido, en el plano social, el índice detectó un aumento de la pobreza y del desempleo. Esto se traduce en un retroceso en los ingresos reales y en la capacidad de consumo de los hogares. Para los especialistas estos elementos se combinan con un mayor descontento social que se traduce en protestas y movilizaciones.

En cuanto a lo financiero, el informe de la UMET-Citra da cuenta de una creciente incertidumbre cambiaria, marcada por la volatilidad del dólar y la pérdida de reservas internacionales. Estos factores incrementan la percepción de vulnerabilidad del sistema económico. La falta de acceso al crédito externo también contribuyen al deterioro del componente financiero del índice.

En cuanto a lo económico, el informe dice que se mantiene en un nivel moderado, aunque con señales de estancamiento productivo. La actividad industrial continúa sin repuntar y el consumo interno se ve limitado por la inflación y la pérdida del poder adquisitivo.

El diseño conceptual y metodológico del índice estuvo a cargo de un equipo de expertos liderado por el economista y contador público, Jorge Capitanich. El informe emitido detalla que “este modelo adapta la metodología del Market Turbulence Index (MTI) al ámbito político, utilizando cuatro dimensiones clave: social, financiera, económica y fiscal”. El documento de la UMET-Citra indica que “cada dimensión se compone de variables como la pobreza, el tipo de cambio y la inflación, que son ponderadas y normalizadas para calcular el riesgo total en una escala que comprende tres zonas”.

Las zonas

La primera es la “zona segura”: si el puntaje total es menor a 5 puntos, no hay riesgos. La segunda es la “zona de riesgo”: si el puntaje está entre 5 y 10 puntos, requiere ajustes y seguimiento de decisiones públicas y de gobierno para corregir el rumbo. Y la tercera es la “zona de crisis”: si el puntaje es igual o mayor a 10 puntos, el país se encuentra en una situación de crisis, que inexorablemente implica adoptar medidas urgentes y estructurales.

Con esta primera publicación, la UMET y el Citra inauguran una serie mensual del IRP, que permitirá realizar un seguimiento sistemático y actualizado del riesgo político en la Argentina.