A quince meses de la maniobra, de la que no se conoce respaldo administrativo alguno, el silencio oficial sobre el destino del oro que el ministro de Economía Luis Caputo ordenó sacar del país hace cada vez más ruido. Los pedidos de informes legislativos permanecen sin respuesta.
Durante la primera invasión inglesa, en 1806, el Virrey Rafael Sobremonte debió quedarse a conducir la defensa de la ciudad. Sin embargo, prefirió huir en carreta con el tesoro, con la supuesta misión de custodiarlo. Ni eso le salió, los ingleses lo interceptaron el Luján y se lo quedaron.
En tiempos de dinero digital, la administración libertaria de Javier Milei se presta a criptoestafas como $Libra, pero también incursiona en manejos de la vieja escuela, al transportar y mantener oculta riqueza física.
La política bonaerense volvió a traer el tema a la escena y numerosos dirigentes manifestaron su preocupación por el oro desaparecido. Lo señaló el ministro de Gobierno, Carlos Bianco. “Nos preocupa que se hayan timbeado el oro del Banco Central. Hasta el día de hoy no sabemos dónde están esas treinta y siete toneladas, que son de los argentinos”, dijo en la conferencia de prensa del lunes.
Bianco recordó que hay pedidos de informes presentados hace más de un año que permanecen sin responder, tanto de la Cámara de Diputados como de la Auditoría General de la Nación (AGN).
“Nos preocupa que se hayan timbeado el oro del BCRA, como se timbearon el blanqueo, los dólares del FMI y los adelantos de retenciones”, enumeró. “La Auditoría General ya agotó todas las instancias posibles. Ahora o se aclara dónde está el oro o habrá una denuncia penal”, anticipó el funcionario, mano derecha de Kicillof.
En un escenario complejo para el oficialismo, los cuestionamientos públicos se sumarían a los ya conocidos escándalos de la criptoestafa, las coimas en ANDIS y las relaciones con el narcotráfico que sapican a más de un integrante del oficialismo.
Consultado por Buenos Aires/12, Sergio Palazzo recuerda que La Bancaria ya realizó un pedido de informes y una denuncia pública cuando sabían que los distintos cargamentos de oro habían salido del Banco Central. “Nos negaron la información y por eso recurrimos a la Justicia, porque hubo cuatro o cinco cargamentos que salieron por British Airways, se pagó un seguro muy caro, se contrató una transportadora de caudales privada en vez de emplear la propia del banco”, contó.
“Ahora la denuncia ya está en la cámara del fuero contencioso administrativo y el fiscal dictaminó que tienen que responder el requerimiento, a excepción del lugar geográfico. Por eso esperamos un fallo de cámara en línea con el dictamen de la fiscalía”, dijo el diputado nacional que buscará ser reelecto el próximo domingo.
Palazzo describió que “el presidente de la AGN, Juan Manuel Olmos, manifestó que también a él le negaron la información y da por terminado el intercambio”. “La falta de esa información le impidió terminar una auditoría sobre los activos del banco. Nadie sabe si está colocado para obtener un interés o fue dado en garantía de algún préstamo”, advirtió.
Otro diputado preocupado por el destino de los lingotes es el platense Carlos Castagneto. “Esta política económica sólo sabe de fugar capitales. Se comieron los veintitrés mil millones del blanqueo, los veinte mil del FMI, los diez mil del BID y el Banco Mundial y ejecutaron apenas el treinta por ciento del presupuesto, o sea que también se comieron los pesos”, denunció.
El diputado bonaerense es uno de los que estampó la firma en los pedidos de informe que buscan respuestas respecto a dónde están los dólares, dónde están los pesos y dónde está el oro. “Hoy van al tesoro de Estados Unidos a firmar un swap y no conocemos las condiciones. Vamos camino a un doble default en pesos y dólares si no cambian la política económica. Encima en dos años no hicieron ni un cordón cuneta”, concluye.
La ruta del oro
Todo comenzó en julio del año pasado. En esa fecha, empleados del Banco Central notaron movimientos llamativos en la bóveda de la institución y, ante la falta de respuesta de los directivos, de inmediato alertaron a su secretario general, el diputado nacional por la provincia de Buenos Aires Sergio Palazzo.
Amparado en el derecho que le confiere la Ley de Acceso a la Información Pública sancionada por el gobierno del ex presidente Mauricio Macri, Palazzo presentó sucesivos pedidos de informes en los que solicitaba un cúmulo de información al respecto.
El pedido incluye ítems como el monto del oro externado, su destino, otros conocimientos similares previstos, las decisiones administrativas que lo avalaban (acta de reunión de directorio o similar), si fue notificada la sindicatura, en qué facultades se sustentaba la decisión y toda la documentación respaldatoria de las respuestas.
Ante el crecimiento de los rumores, el ministro Caputo intentó aclarar la situación en los medios, pero sus palabras generaron una incertidumbre aún mayor. “Es una movida muy positiva del Central. Porque hoy tenés oro en el Banco Central, que es como si tuvieras un inmueble adentro, un edificio: no lo podés usar para nada. En cambio, si tenés ese oro afuera, podés sacarle un retorno y la realidad es que el país necesita maximizar el retorno de sus activos. Tenerlo encerrado en el Central, sin hacer nada, es negativo para el país. Es mucho mejor tenerlo custodiado afuera, donde te pagan algo”, dijo.
La única respuesta, recibida tanto por Palazzo como por la AGN y la Comisión Revisora de Cuentas del legislativo nacional fue que por tratarse de una operación confidencial no era posible revelar detalles sensibles sin poner en riesgo severo a la estabilidad y seguridad del sistema financiero. Ahora, agotados todos los plazos e instancias, el órgano de control, en cabeza de Olmos, presentará una denuncia penal.
La AGN, que no audita sólo el destino del oro sino el manejo de los recursos en su totalidad, atraviesa un período crítico. Seis de sus integrantes tienen mandato vencido y esa parálisis resulta funcional al gobierno libertario, que para demorar la renovación de consejeros hasta presentó un proyecto de ley modificatoria.
El dolar y el dolor de ya no ser
En Argentina, país con una economía bimonetaria y tierra de desvelos por el billete verde, es más difícil de percibir por la histórica volatilidad del peso. Pero la tendencia global es que el dólar siga perdiendo valor. Cuando crece la incertidumbre, el capital busca refugio seguro y ese es el oro.
En lo que va de 2025, la cotización del metal precioso experimentó una fuerte suba y se espera que siga igual hasta fin de año. La explicación que dan los expertos tiene que ver, básicamente, con que el mundo va dejando de percibir al dólar estadounidense como la reserva de valor que fue en las últimas décadas.
Según un informe del Deutsche Bank, la participación del oro en las reservas mundiales (es decir, la sumatoria de las reservas de los países), pasó de 24 a 30 por ciento, mientras que la del dólar cayó de 43 a 40. De mantenerse la tendencia, podrían verse igualados en un futuro cercano, lo que impactaría en ambas cotizaciones: oro arriba y dólar abajo.
Este fenómeno, que comenzó hace ya algunos años, cuando China decidió comerciar directamente en yuanes con sus vecinos y socios comerciales, se profundizó con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y su agresiva política de barreras comerciales internacionales.