Oxigenar para no morir sofocado y cumplir con las órdenes de Trump

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El 26 de octubre se acerca. Mientras el gobierno de Milei se pasó todo el día intentando explicar lo que dijo Donald Trump sobre el apoyo a la Casa Rosada, en metálico, en Buenos Aires se especula sobre los más que seguros cambios en el gabinete una vez superado el escollo de las elecciones de medio término. Hay algunos que parten por ser candidatos, hay otros que son materia de negociación y algunos quedarán.

Todo indica que la única persona que tiene asegurada su continuidad en el gabinete es la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Después todos pueden ser cambiados, rotados o expulsados. Hay que prever que estos espacios son parte de lo acordado con Mauricio Macri que pretende tener el control de algunos ministerios.

Los que figuran entre los que dejarán su lugar en el gabinete son tres. Luis Petri dejará Defensa porque se supone que será electo diputado nacional en Mendoza. Patricia Bullrich accedería a un curul del Senado y por eso dejaría el Ministerio de Seguridad. El tercero es el vocero presidencial, Manuel Adorni, que es legislador porteño electo. Los tres deberían asumir el próximo 10 de diciembre, pero siempre existe la posibilidad de que el presidente los requiera en el gabinete y se queden.

Todos esos ravioles del organigrama del gabinete presidencial son negociables.

Tanto para Petri como para Bullrich hay nombres de los que podrían reemplazarlos. Para la ministra de Seguridad se la cita a la secretaria de Seguridad Alejandra Monteoliva. Si bien la actual ministra la quiere a ella como su reemplazo han surgido en estos últimos días unos escollos.

Entre las órdenes que Milei recibió de Trump está la renovación de la gobernabilidad y, sobre todo, el acuerdo con gobernadores. En general en la Rosada miran a los que integran Provincias Unidas y es probable que Defensa y/o Seguridad sea para alguien que definan estos gobernadores. También están en este tablero los manatarios aliados como el mendocino Alfredo Cornejo y, se podría decir, Rogelio Frigerio. Habrá que ver si piden tener un espacio en ese futuro gabinete.

Si Milei tendrá que poner sobre la mesa de discusión algunos ministerior para acercar a este grupo de gobernadores, lo mismo deberá hacer con Macri. En la última reunión que se realizó en Olivos, en medio de la crisis autoinflingida por la no resolución del narcoescándalo que protagonizó José Luis Espert, el expresidente además de darle algunos consejos, puso algunas exigencias para garantizar el acercamiento y ayuda.

El fundador del PRO quiere lugares en el gabinete. En la Rosada esperan, se esperanza, con que Macri pida algunas secretarías o subsecretarías para su gente. Es más que probable que eso quede en el mundo de los deseos. Sobre todo porque Macri ya dejó trascender que tiene a Jorge Triacca y Guillermo Dietrich en gateras.

Al primero lo piensa como futuro secretario de Trabajo en reemplazo de Julio Cordero. Considera que su exministro de Trabajo, que supo tener empleadas en su casa en negro, tiene buena relación con los dirigentes sindicales y creen que así podrán tener cierta paz garantizada con la CGT.

Macri, para Dietrich tiene destinado Obras públicas. Es un lugar estratégico  Esto se resolverá, como dijo Milei, una vez que pasen las elecciones. Es muy probable que eso se produzca una que comience noviembre. Ahora bien, Milei busca con esta renovación un poco de oxígeno para su gobierno. El punto es determinar cuál es el límite para que no quede como que entregó su gobierno a un socio no querido (a diferencia de Trump).