Francos, listo para borrar con el codo lo acordado en el Senado

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El día después de la aprobación de la Ley Bases en la cámara Alta, desde el gobierno dicen que no respetarán el acuerdo que habrían hecho con los senadores dialoguistas y aseguran que insistirán con las versiones originales de los proyectos en el tratamiento en Diputados. “No nos comprometimos a defender ningún cambio en Diputados”, remarcan y agregan que “puede volver todo para atrás”. Desde el círculo íntimo del Presidente explican que el regreso al proyecto original de la ley Bases “dependerá de la voluntad de los diputados que pusieron el voto para, por ejemplo, privatizar Aerolíneas Argentinas, RTA, el Correo, destruir la moratoria, etc”, pero que, si es por ellos, solo dejarían algunas modificaciones que se hicieron en el capítulo del RIGI. Lo central, agregan, es volver a la versión original del paquete fiscal. Para analizar la voluntad de los bloques aliados en Diputados y pasarles ese mensaje, el jefe de gabinete, Guillermo Francos y el presdiente de la cámara Baja, Martín Menem, se reunieron el jueves por la tarde con los diputados amigables en el Congreso. Tras la aprobación, la próxima parada del gobierno será la tan mentada firma del Pacto de Mayo con los gobernadores.

En encuentro entre Francos y los representantes de los bloques dialoguistas duró una hora y veinte minutos y estuvieron presentes los macristas Cristian Ritondo, Silvia Lospenatto y Silvana Giudici, Juan Manuel López, Miguel Pichetto y Juan Brugge de Hacemos Coalición Federal (HCF), el radical Rodrigo de Loredo (UCR), Pamela Caletti (Innovación Federal), Carolina Píparo (Bs As Libre) y Cecilia Ibañez (MID). También se sentaron en la mesa los diputados libertadios Gabriel Bornoroni, Nicolás Mayoraz, Santiago Santurio y Eduardo Falcone más el vicejefe de gabinete, José Rolandi, y la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo, María Ibarzábal.

Según los presentes, Francos relativizó el acuerdo que habría realizado el gobierno con los senadores para que voten la ley Bases y les insistió con que vuelvan a la versión original del pacto fiscal. Con la ley Bases, en tanto, les dejó entender que podían hacer “lo que quisieran”. Según lo que les dijo el jefe de gabinete la semana que viene se volverán a reunir de manera informal y la idea es dictaminar y sesionar la última semana del mes.

Desde la casa de gobierno, en tanto, dicen que en ley Bases hay algunos cambios dentro del RIGI que están dispuestos a sostener, pero que “el resto no”. Sobre las privatizaciones, por ejemplo, admiten socarrones: “si es por nosotros privatizamos hasta la Casa Rosada”.

El día anterior, durante el inicio de la sesión en el Senado, el presidente provisional, Bartolomé Abdala, había anunciado que el gobierno había concedido varios cambios luego de las negociaciones con la oposición dialoguista. Dijo que no iban a disolver los organismos vinculados a la cultura; que se incorporaría a la Comisión Nacional de Energía Atómica como organismo excluido de la intervención; que eliminarían de las privatizaciones a Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina, que continuaría la moratoria previsional y que se terminarían las obras que tengan más del 80 por ciento realizado. Nada de esos acuerdos se respetarían. “Lo de las obras se puede ir para atrás, lo de la moratoria también. En facultades delegadas se incorporaron organismos que no tienen mucha razón de ser”, argumentaban en los pasillos de la casa de gobierno.

Lo que más preocupa al gobierno, sin embargo, es el paquete fiscal. Lo que analizaban el miércoles por la noche en el Congreso era que, caído el capítulo de ganancias, el paquete fiscal se volvería suma cero, a menos que se logre un blanqueo extraordinario –que alcance por ejemplo los 400 mil millones de dólares– más lo que se recaude de bienes personales. Finalmente, bienes personales también cayó. Por lo tanto, al día siguiente, en el oficialismo decían sobre el regreso del impuesto a las ganancias que “es un problema para todos si queda así”. Opinaban que ese capítulo se cayó en el Senado por la incidencia de los bloques patagónicos, que son más fuertes en esa Cámara, pero que en Diputados “están trabajando para que se restituya lo que votaron”.

Según información que manejan en presidencia, hay modificaciones que se hicieron al blanqueo con las que los diputados aliados “no están de acuerdo”, y tampoco con modificaciones que se hicieron en la reforma laboral –dos artículos que incorporaron senadores radicales–.

Francos, el secretario del Interior Lisandro Catalán, el asesor Santiago Caputo y un grupo de funcionarios que se quedaron en Casa Rosada hasta cerca de las dos de la mañana del miércoles cuando terminó la votación en particular de la Ley bases. Siguieron el debate en las oficinas del Ministerio del Interior, en la planta baja de la Rosada. Milei, que iba a subirse al avión presidencial para ir al G7 a las 22.30, se terminó subiendo pasadas la una. “Nos costó bastante aprobar la ley, se resistieron con uñas y dientes y hasta hubo un poquitito de quilombo en la calle”, resumían sobre la jornada anterior y decían que, más allá de todo, “el resultado se dio como se tenía que dar”. “Somos bilardistas”, bromeaban.

El abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez expresó que los diputados no podrán insistir en los capítulos que fueron rechazados por el Senado. “La Cámara de Diputados no puede volver a tratar los títulos (con sus respectivos artículos) que fueron rechazados por la Cámara de Senadores hasta el año que viene”, dijo. Sin embargo, hay quienes argumentan que la ley se aprobó en general y que eso ya habilitaría a tratar también lo que fue rechazado en su interior. Cerca de Milei dicen sobre este tema que la Cámara de Diputados “tiene la obligación de aceptar o rechazar cualquier modificación que haya hecho el Senado, sean modificaciones o eliminaciones”.

Ley Bases, pacto fiscal… ¿Y después? 

Una vez que termine el proceso en diputados –se espera que las leyes se traten entre el 26 y el 28 de este mes–, se llevará adelante el proceso de reglamentación para el que ya están trabajando equipos de presidencia encabezados por Ibarzábal. 

Con la ley promulgada, se organizará el tan mentado y postergado Pacto de Mayo. Una de las ideas es que la firma junto con los gobernadores se haga el 9 de julio en Tucumán. Aunque hay que ver si llegan con los tiempos. Tanto la UCR, como el bloque de Hacemos Coalición Federal que lidera Miguel Ángel Pichetto, dicen que “tienen la predisposición de tratarlo lo más rápido posible”, pero así y todo no saben si lo lograrán hacerlo antes del 9.

Según confían en el oficialismo, avanzarán en una agenda de trabajo “que ya está establecida”, y con el armado de una mesa “para empezar a trabajar en proyectos de ley las ideas que están en el decálogo del pacto“. Tal como adelantó Milei en Córdoba, se conformará un “consejo de mayo” en el que habrá un representante del Ejecutivo, uno de cada una de las Cámaras del Congreso, uno del sindicalismo, otro del empresariado y uno de los gobernadores. El proceso de selección, en tanto, será interno en cada uno de los grupos. Existe la posibilidad de que se le sume a los diez puntos uno vinculado al tema educativo que no habían sido tenidos en cuenta. El resto, seguiría igual.

Una vez que las leyes estén aprobadas, el oficialismo tiene que pasar por el Congreso los pliegos de los jueces de la Corte Suprema y luego insistirá con proyectos vinculados a la seguridad y con todo lo que estaba en la ley Bases original y quedó fuera de la última versión. También quieren enviar un proyecto propio de reforma previsional. Habrá que ver con qué entusiasmo los senadores acompañan al oficialismo en sus próximas aventuras.